¿Qué es un Sistema de Gestión Energética (SGE)?

Por definición, se trata del conjunto de elementos de una organización, interrelacionados o que interactúan, para establecer una política, unos objetivos energéticos y los medios necesarios para alcanzar dichos objetivos. 

Un sistema de gestión energética (SGE) debe tener en cuenta todos los componentes que suministran, distribuyen, consumen o miden energía, desde el equipo que transforma la energía hasta las aplicaciones de software-hardware de control y análisis de datos.

Un sistema de gestión energética (SGE) permite a cualquier organización optimizar el consumo de energía, sus costes financieros asociados y, en consecuencia, contribuir a la reducción de emisiones de efecto invernadero. A diferencia de otros sistemas de gestión, en este caso toda inversión para mejorar el consumo energético reporta un ahorro económico inmediato.

La norma o estándar ISO 50001 se desarrolló con el objetivo de mantener y mejorar un sistema de gestión de energía en una organización de manera sistemática, de tal modo que permita a las organizaciones establecer sistemas y procesos. Este estándar está basado en el ciclo de mejora continua o Círculo de DEMING (PDCA: PLAN-DO-CHECK-ACT):

Beneficios Operativos

• Conocer el comportamiento energético de los distintos procesos y/o equipos de la organización. De este modo, se pueden explicar y se toma conciencia de los consumos de la instalación, identificar ineficiencias, definir medidas de ahorro, realizar el seguimiento de las medidas adoptadas, analizar los resultados obtenidos y compararlos con el estado anterior, compararlos con los resultados calculados previstos, etc.
• Centros de Coste. Conocer el coste energético por unidad producida, por unidad de superficie ocupada, por persona, por servicio prestado, etc.
• Identificar oportunidades de ahorro energético. También llamadas Medidas de Ahorro y Eficiencia Energética (MAEE) 
• Simulación y clasificación de MAEE. A partir del histórico de datos, se puede simular el ahorro energético de la aplicación de determinadas MAEE. Estas MAEE se pueden clasificar posteriormente en función de la inversión necesaria, del periodo de retorno, etc.
• Almacenamiento de datos estructurados. Un software formado por una base estructurada de datos relacionales permite cruzar todo tipo de datos. Esto permite analizar comportamientos energéticos en función de la climatología, de la ocupación, de la capacidad de producción temporal, etc.
• Optimizar el diseño de instalaciones. Las instalaciones se diseñan conforme a unos parámetros o hipótesis de partida. Conocer los parámetros empíricos permite optimizar el dimensionado de instalaciones en caso de sustitución, en caso de implementar una instalación similar en otra demarcación, etc.
• Optimizar costes de operación. A partir del análisis de datos empíricos se pueden optimizar las horas de funcionamiento de procesos y/o instalaciones auxiliares o de soporte para otros procesos, con el consiguiente ahorro energético.
• Optimizar costes de mantenimiento. Menos horas de funcionamiento por periodo de tiempo implica menos operaciones de mantenimiento para un mismo periodo.
• Mantenimiento Predictivo. A partir del análisis de datos empíricos se pueden simular matemáticamente determinados escenarios. Por ejemplo, simular el punto límite en que se debe realizar una actuación de mantenimiento o una actuación de sustitución de componentes, máquinas, instalaciones, etc. Esto, a su vez, puede redundar en un alargamiento de la vida útil de equipos o instalaciones.

¿Qué hace falta para implantar un SGE?

Una vez que en la organización se ha tomado la decisión estratégica de implantar un sistema de gestión energética, hay que tener en cuenta que es necesario disponer de los siguientes recursos: un sistema de monitorización (hardware + software), procedimientos de trabajo y personal cualificado para llevar a cabo las tareas propias de la gestión energética.

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